viernes, 1 de abril de 2011

Charla en torno al libro Éramos muchachos.

         LITERATURA Y SEXUALIDAD.


Samuel Pérez García


Esta charla podemos titularla Literatura y sexualidad. A propósito de éramos muchachos. Debe ser así porque el libro que tengo en mis manos tiene como eje central la sexualidad juvenil, es decir, la de aquellos años mozos cuando no se sabe nada o se sabe muy poco de lo que pasa alrededor del sexo de cada quien.

En estas historias se aprende que en la vida del joven el sexo permea su acontecer. Sin sexo la vida no es. Por eso es mejor saber que ignorar. Lo que al NEN le pasó, lo que el Nen aprendió por boca del Charrascas, lo que el NEN vivió en manos de sus novias o de las putas le enseñaron, es de lo que trata este libro.

En él se cuentan historias reales dentro de la obra, imaginarias en la vida del autor. O no tan imaginarias como pudieran concebirse. Pero lo cierto es, que a través de ellas, los jóvenes podrán reflexionar su experiencia, y los adultos pensar en eso que el tiempo ya se llevó.

No es el libro consejos de moral sexual ni trata de cómo se usa el condón. Pero sí toca de que si el sexo es algo importante en la vida de cada quien, justo es pensarlo, analizarlo, para luego actuar con mejor luz, que la oscuridad que ciertas prédicas religiosas nos inculcan.

Entremos entonces en materia. El libro contiene doce historias de juventud, narradas en la ciudad de Puerto México, lo que hoy es Coatzacoalcos, allá por los años sesenta, cuando todavía no era una ciudad compleja, y Tuxtla a lo mejor era apenas una ciudad chiquita, con un río más limpio que el de ahora.
Si Puerto México tenía su Marlin Bar, cada ciudad del mundo tenía lugares como esos, donde los jóvenes acudían para perder el tiempo en brazos de alguna mujer, que a cambio de unos pesos, estaba dispuesta a quitarnos un rato la carga de la soledad. Tal vez ahora esas casas ya no tiene ni caso recordarlas, porque ahora los jóvenes pueden coger un celular y pedir un servicio a hotel o domicilio, pero antes no había eso, y los de aquellos tiempos, teníamos que esperar a que dieran las once de la noche para admirar a las mujeres que bailaban en la hora de variedad. Hoy, se puede entrar a un Web con cabina privada para visitar un sitio porno, donde solazar la vista con las mejores partes de las mujeres. Pero tales sitios, en lugar de enseñar aturden y desilusionan, porque en lugar de conocer la realidad, el joven de hoy se esconde de ésta, y virtualiza su relación con la sexualidad. Hasta donde esto motiva, positiva o negativamente, es lo que los investigadores tendrán que explicarnos un día. Para nosotros, la experiencia fue de otro modo. Vivir la sexualidad era primero oír la experiencia de los más grandes, y luego acudir con esos endebles conocimientos a nuestra propia suerte. De esto trata el libro: de narrar la experiencia sexual del NEN y aprender de esa experiencia particular para revivir o recrear las propias.

Este libro, sin embargo, como ya dije, no es enfocar la cuestión sexual desde una prédica moral. Con él persigo otra meta: pensar la vida desde el problema de la sexualidad, imaginar que lo que le ocurrió al personaje central, le puede ocurrir al lector más despistado o el más inteligente, y entonces, aguas hay que echarnos para no embrocarnos a lo menso. Pero tampoco este llamado debe ser una traba, crear un temor implícito en el joven, sino más bien que la sexualidad cuando le toque vivirla al que sigue, sea en la vida de cada quien, un acontecimiento que haya que celebrar y no que lamentar. Voy, pues, a leer algunos pasajes de este libro. Paren orejas, aviven la imaginación, inventen y gocen este libro, que fue hecho para que los jóvenes piensen que la vida tiene secretos y la tarea es encontrarlos para saber vivir.


Tuxtla Gutiérrez, Chis 30 de noviembre del año 2006.




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