miércoles, 2 de septiembre de 2009

ESCRITORES DEL ISTMO MEXICANO


Luis Chávez Fócil es oriundo de Frontera, Tabasco. Escribe poesía, cuento y obras de teatro. Ha alcanzado algunos premios nacionales e internacionales. Vivió en Minatitlán, Veracruz, durante muchos años, a mediados del 2009 se regresó a su pueblo natal, en buscad de otras mujeres y otras historias que contar. Aquí presentamos una de sus creaciones.


GURUSAPO.
De Luis A. Chávez



Rabihorcado, cejijunto y caviloso, Gurusapo leyó a los once a Vallejo gracias a la buena voluntad de doña Pasca, viejita de la vecindad cuyo marido muerto hacía “mil años” era lector y clérigo, primero, para después ser pastor de una iglesita desde donde continuaba mandando a chingar a su madre a los católicos y su grey, de poco más de cincuenta, aplaudían con cantos a rabiar sus rapapolvos.
La cólera que quiebra al hombre en niños, que quiebra al niño, en pájaros iguales, y al pájaro, después, en huevecillos; la cólera del pobre tiene un aceite contra dos vinagres... eso, lo conmocionó, a grado tal que cuando llegó a Lezama Lima: Dicen que los tejones, en aguas de su humedad, burilan más, hocico en punta de atravesar una sombra de escaramuza en jarra de vino, sustituido por la criada del milenio gordo... se convirtió en el garbanzo de a libra de su pueblo dado que en los lugares donde sus habitantes no pasan de dos mil, ver a un chamaco negro, descalzo y de ropitas llenas de agujeros pero con un libro bajo el brazo, era de comentarse en la cantina, en el mercado, en la calle.
-Ahí viene el instruido- le decía la gente y, después de pasar delante cinco pasos, Gurusapo se volteaba y se agarraba el pito.
-¡Para tu madre que nunca la tuviste, sinvergüenza!
-¡Ven para que te lo corte, pedazo de pendejo!-
Y Gurusapo se echaba a correr gritándoles “bellacos”, gracias a sus primeras lecturas de El Quijote, mientras que las comadres se miraban incrédulas mandando en ese instante a sus hijos por el diccionario.
-Belinógrafo, benilograma, belio, bellaco ¡aquí está!, granuja, pícaro... se dice de la cabalgadura que tiene resabios y es difícil de gobernar... negro hijo de su puta madre, nos dijo caballos...
Palabras como exquisitez, umbrío, totalitarismo, muñón, esquizofrenia, eran estudiadas por el niño y que, al no entenderlas, preguntaba a doña Pasca por sus significados; la gentil señora dejaba de regar sus plantas para sentarse y comenzar a explicar.
-Allá se la pasa el sinvergüenza, con la viejita esa, viuda del pastor, se la ha de estar cogiendo.
-Ha de ser.
Porque en los pueblos, si alguna cosa sobra, es fruta y lengua.
Doña Pasca, señora de esas inminentes de iglesia y de rosario, era incapaz de matar una mosca y como al negrito, nada más por falta de quehacer, todos lo vapuleaban de lo lindo, comenzó a pedirle por mandados y así, lo fue metiendo a su casa, ¿qué más se puede hacer por semejantes huérfanos?
Leyó a Salgari, a Conrad, a Pessoa, a docenas de ellos y cuando supo de los bardos (Kavafis, Cavalcanti, Giacomo, cien de ellos) uf, la vida se le hizo de cuadritos. Pero de cuadritos de colores, naturales, no como a esos chamacos escupe fuegos que dan ganas de matarlos y se la pasan oliendo gasolina o thinner.
-Quien puede pensar en Dios, por Dios está cultivado; aquel que logra sentirlo ya por Dios está tocado.
-Guadalupe Amor, es bueno que la leas; Reyes, Novo, Villaurrutia y otros la quisieron mucho.
Gracias a doña Pasca, a los diez años Gurusapo entró a estudiar primero de primaria pero lo enseñó a leer más rápido en su casa ya que lo sacó de la escuela en vista de que los chamacos se burlaban de él.
-Me lo llevo- dijo la señora- allá está, en pleno recreo, sentado bajo el tamarindo, esquivando las cáscaras de naranja que los demás chamacos no se cansan de tirarle y usted, directora, es otra pendeja igual a ellos.
-Lárguese con él, y por mí, vaya usted y chingue a su madre.
Doña Pasca lo fue a buscar al tamarindo, le secó las lágrimas y lo sacó de la escuela.
-Hazme un favor; ve a la dirección y miéntale la madre a la directora, aquí te espero, en la puerta.
La historia posterior de esta clase de vidas carece de documentación fidedigna, pero se sabe que se convierten en anécdotas, en leyendas que de boca en boca, bajo la lasitud de esas tardes donde los mosquitos tienen de seis a siete de la noche su devoradora función y la gente celebra de hamaca a hamaca su vaivén de risas e interrogaciones pero sobre todo divagan puesto que nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con fulano o a qué lugar se fue a vivir perengana.
Es la inocencia, que mucho tiene de analfabetismo, de ignorancia, la que en los pueblos crece como en campo abierto y ahí mejor se sabe de vacas, de caballos, becerros a los que hay que destetar o cómo hay que repastar un potrero.
De Gurusapo nadie volvió a saber hasta el celebrado día en que, allá en la capital, participó y ganó sesenta mil pesos en un concurso por televisión donde un señor gordito, de bigotes, le preguntaba encerrándolo en una cabinita acerca del tema que él mismo había escogido: Poetas Ilustres de la Nueva España.
-La última pregunta, señor Francisco Montero y Garciadueñas (que así se llamaba Gurusapo), dígame, a qué poetas pertenecen los siguientes versos, en qué año nacieron, cómo se llama el poema y en qué año murieron esos poetas. Va el primero: “Como la oscura noche al claro día sigue con inefable movimiento”. El segundo: “Soñé que de una peña me arrojaba quien mi querer sujeto a sí tenía”. El tercero: “En el distrito rico de occidente donde los francos montes su riqueza y su oculto caudal hacen patente”... tiene usted sesenta segundos.
Pasados los sesenta segundos, desde la cabinita en donde estaba encerrado, comenzó a decir.
-El primero, Gutierre de Cetina, nació en 1520; el poema se llama Seguimiento; falleció, no se sabe con certeza, en 1554, aproximadamente. El segundo, Francisco de Terrazas; nació en 1525, pero esto no se sabe con exactitud; el poema se llama El Rechazado, y el poeta murió, no se sabe con autenticidad, en 1600. El tercero, su nombre Eugenio de Salazar, no hay documentos certeros sobre su nacimiento pero se da una fecha, 1530; el poema se titula Neptuno viaja a la ciudad de México en Ballena, y murió alrededor del año 1605. Quiero abundar que otros poetas de la Nueva España son Hernán González de Eslava, Pedro de Trejo, Juan de la Cueva, Antonio de Saavedra y Guzmán y más de una veintena.
Se hizo un silencio dramático y el público asistente (el muchacho había estado recibiendo cartas de todas partes del país) se comía prácticamente las uñas. Después de hacer el conductor del programa como que revisaba papeles -para remarcar más la tensión del momento- de pronto gritó ¡CORRECTO!... y la gente del estudio pegó al unísono un brinco.
Salió de la cabina con una sonrisa de oreja a oreja ayudado por dos gentiles edecanes (él tendría a la sazón ahora veinticuatro años) y los aplausos y los vítores no se hicieron esperar. Lo abrazaron, le tomaron fotos, le aplaudieron y el conductor le preguntó qué iba a hacer con el dinero, una considerable cantidad para esos tiempos, y apenas alcanzó a decir que ya vería pero que agradecía las cartas que constantemente había estado recibiendo -ya doña Pasca había muerto hacía cinco años y le reconoció en ese momento a ella haberlo hecho un hombre de bien ya que estaba al frente de una empresa automotriz en la capital de su estado natal- y que iría también al homenaje que, en ese momento, por teléfono, le dijo el presidente municipal le iban a hacer de inmediato; una comida a todo lujo porque “era un orgullo del pueblo”. Así, con su cheque de sesenta mil y con aplausos y vivas, salió de aquel estudio de televisión rumbo a la dicha.
A los pocos días el héroe, bien trajeado, primero fue al panteón a dejar flores a la tumba de su protectora para después asistir a la comida que le prometieron.
En el campito de béisbol la celebración estaba lista, organizadas las mesas, los platillos, etcétera; no cabía ya ni un alfiler.
Todo mundo habló, le reconocieron la enorme distinción que había obtenido y, a lo último, el presidente municipal (que se había reelegido unas tres veces) se acercó al micrófono aplaudiendo, sonriente, para abrazar y felicitarlo de manera efusiva.
-Hijo- comenzó diciendo- eres orgullo de tu patria pero eres de aquí, de nosotros donde vivimos como siempre todos y en donde estamos, aquí, pensando en ti y conociéndote, que haz hecho por tu fama y por... que eres así, de grande y de muy destacado en tu labor por televisión, el mejor que nos ha nacido aquí.
El presidente municipal lo volvió a abrazar y la banda del señor don Checo irrumpió con Dianas. La esposa del presidente, los síndicos (y sus queridas, sentadas y vestidas para la ocasión pero en otras mesas), quedaron a la expectativa cuando el muchacho se acercó al micrófono.
-Buenas tardes- comenzó diciendo- seré muy breve; yo, Gurusapo, doy gracias a Dios porque tengo el altísimo placer de mandarlos a todos a chingar a su madre.

© Copyright

No hay comentarios:

Publicar un comentario